Podríamos decir que estas sandalias son de lo más low cost, me las compré el verano pasado en un chino. Son geniales.
Para evitar posibles rozaduras, antes de ponérmelas, las puse dentro de una bolsa de plástico en un cajón del congelador. Al día siguiente, con un fino calcetín, me las puse para estar por casa.
La piel (o en este caso, el tejido que sea), está congelado. Cuando te pones las sandalias están congeladas, pero en un rato se van descongelando con tu pie dentro, con lo que la piel va dándose y acoplándose a tu pie.
Es un truco que yo siempre utilizo cuando preveo que puede haber algún problema o veo la piel muy dura.
Otro truco es poner unos segundos los zapatos en el microondas. También funciona pero al revés, esta vez la piel se ha calentado y al ponértelas, se adaptan a la forma del tu pie. Pero yo prefiero el congelador porque con el microondas, depende de si es una sandalia con hebillas o con algún detalle, éste puede derretirse o hacer chispitas.
Yo recomiendo mejor el congelador.
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