A Christian Dior se le atribuye el hecho de haber convertido el lipstick en un fetiche.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, se propuso "magnificar la sonrisa de las mujeres", y en 1953 dió con el "rojo perfecto" al que bautizó como Rouge Dior.
Para convertirlo en objeto de culto, diseñó la forma de la barra de labios como el Obelisco de la plaza de la Concordia de París. Claro está, en edición limitada.
El Rouge de Dior ahora celebra sesenta años de evolución.
Aprovecho para nombrar dos de las últimas musas de Dior para las campañas publicitarias del Rouge: Natalie Portman y Monica Bellucci. Dos grandes féminas. A cual más guapa.
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